Hola a todos los adictos a la lectura
hoy os traigo lo que escribi hace tiempo y quiero que me deis vuestra opinion y que os parece
La vida de Hilary
Escrito: M.J.Ruiz-Moyano Guerra
Prologo.
El mar esta lleno de incógnitas, pero no es el único,
también esta el cielo, el universo y el ser de cada persona, de cada animal, de
cada lugar.
Mire a los ojos al león, al amor que tenia dentro de mi
alma, estaba en un aprieto de sentimientos, no sabia que hacer, no sabia como
hacerlo, no sabia donde iba a ir a parar tantas emociones y tantos
pensamientos.
Mi cabeza pensaba una cosa y esa cosa estaba muy clara ¿Qué
vas a hacer con tu vida?
La materia de la vida te enseña que no debes rendirte,
aunque haya personas que intenten hundirte en la miseria, que quieran que estes
bajo tierra, que llores y te escondas
para no salir de una depresión
A veces el odio y el amor van de la mano, haciendo un
conjunto raro, pero que día a día intentas comprender
Porqué la vida en si es un camino con varios senderos,
algunos oscuros, otras turbulencias y otros claros pero con trampas y al final
de cada camino esta la misma meta pero de forma espiritualmente diferente.
La muerte
Capitulo 1
Era 10 de noviembre y estaba viendo como una muchacha de
poca edad, unos 11 años, lloraba y se quejaba en silencio para no llamar la
atención ¿en donde? En el bosque ¿Quién era esa niña? Era yo, era huérfana,
vivía en una casa que me había dejado mi tía Carmen. Ella había muerto hace un
año por la soledad amorosa. Una soledad que tenia miedo de tenerla, aunque de
momento estaba sola por completo.
Eso fue hace casi 7 años.
Hoy estoy en la misma casa junto al bosque, esa casa que no
era moderna sino, antigua pero acogedora, que en inviernos aunque estaba fría
tenia un poco de calor y en verano era fresca y apetecible.
No os he dicho donde vivo, ni mi nombre, aunque no hace
falta decirlo por que es un nombre raro pero con un toque extrovertido, hasta
tengo un apodo.
Me llamo Hilary Ruysh pero los del pueblo me llaman Ruth,
¿la razón? Mi apellido y mi nombre son raros y Ruth parece más normal. No me
importa la verdad. Y Vivo en un pueblo que nadie a oído hablar Tupper, suena a
tape pero no tiene nada que ver…
Trabajo como Camarera en el bar Viento Fresco. Hago duras
jornadas de 8 horas, con derecho a descanso de 10 minutos cada hora.
Cuando vuelvo a casa me ducho y me acuesto, apenas como, por
que comer lo que se dice comer, como en el bar ya que me sale gratis y es justo
por que a mi y a mis compañeras no pagan poco, asi que aprovechamos al máximo.
Ahora estoy en casa revisando el correo, muchas facturas
pero ninguna interesante
Ah!, hay una carta anónima.
Mañana a las 21:00
después
De trabajar te espero
en el parque
Ruleta. No tardes
Estoy confundida, ¿de quien seria? ¿era fiable? No sabia que
hacer, quizás Megan, mi compañera me podría acompañar. Ella siempre lleva una
pistola encima por si alguien le amenaza o la ataca…
Me senté en el destartalado sofá, pensé que quizás era mejor
no ir, pero ¿ y si era esa persona especial que siempre quise y nunca tuve? O
quizás era una persona acosadora que te atan y luego te enamoras con el
síndrome de enamorarse de tu atracador. No se, no quiera pensarlo…
Me levante del sofá y anduve de aquí para allá, pensando en
un plan. Definitivamente no sabia que hacer, no sabia si ir o no, o llamar a la
policía local o no decir nada.
Eran las 10 de la noche y ya había terminado el turno de
hoy. Megan me llevaba en coche hasta mi destartalada casa.
-
Hoy estoy muy cansada, el tipo feo de la esquina
no dejaba de mirarme y apenas a pedido nada.
-
Ten cuidado – dije siguiéndole la corriente- esa
gente puede obsesionarse con alguien como tu.
-
Ah, eso ya lo se, lo que pasa es que no me
interesan los feos
-
Eso ser hipócrita-dije con un poco de enfado- lo
importante es como sea por dentro
-
Por dentro somos todos iguales, mas o menos- se
rio-
Deje de hablar por que había visto algo cruzar la carretera
¿Quién era? A lo mejor no era nadie..
Lo deje pasar solo por una hora y algo hasta que llegara a
casa.
Mire la noche llena de estrellas, el cielo enorme. Las
mismas preguntas se me repetían una y otra vez. El silencio era eterno. Megan
sonreía de una manera que parecía perversa. ¿Qué estaría pensando esta chica?
Esperaba que nada malvado, ya que confiaba mucho en ella aunque no me diera
nunca muchos motivos para confiar. Megan no parecía la persona que una tiene
que desconfiar, pero claro, las apariencias engañan o eso es lo que dicen, yo
prefiero juzgar por la forma de ser. Tendría que conocer mejor a Megan antes de
que me hiciese daño psicológicamente y físicamente, aunque lo de físicamente…
lo dudaba mucho.
Seguia callada, ella y yo, no dijimos nada hasta que no
llegamos a mi casa. Me baje despacio del coche y cerre la puerta o al menos lo
intente…
-
Espera – dijo Megan.
-
¿Que quieres?
-
¿Me puedo quedar hoy en tu casa?
-
Solo tengo una cama – mentí pero como ella nunca
había estado en mi casa y no quería que se quedara hoy, por que precisamente
hoy era el día que tenia que entrar en el desván- y no tengo comida
-
Ah, entonces…no pasa nada- dijo con la cara
triste.
-
¿Por que no se lo dices a Carla?
-
Buena idea, gracias
Cerro la puerta del coche y yo me
metí corriendo en casa. Me hice un té y me sente en el sofá cerrando los ojos y
saboreando el dulce placer del té caliente.
Definitivamente ya no confiaba en
Megan, era raro por mi parte pero era normal después de la sonrisa maligna que
me hizo y de que hoy por casi me tira el pedido de la mesa 3. Seguro que algo
le pasa conmigo. ¿le había hecho yo algo? Que yo sepa no, siempre me e portado
bien con ella. He sido amable con ella, salvo por lo de quedarse hoy en mi
casa. ¿Había sido grosero por mi parte? Si, hay que admitirlo. Pero no podía
dejar que enterara de la carta, seguramente se reiría de mí y bastante sufro para
que por una persona que encima es mi compañera, se riera de mí.
Hoy a sido un día ajetreado –
casi todos los días lo son- pero hoy especialmente lo era por que había un
chico raro mirando en mi zona. Era guapo, parecía inteligente con ese libro y
con su larga melena morena. Me miraba cada dos por tres, no por que yo
estuviese mirando si no por que noto cuando alguien me mira, y cuando le
miraba, rápidamente bajaba la cabeza hacia su libro del revés. Eso más de una
vez, me hizo sonreír, de las pocas veces que sonrió, esa pequeña cosa me hizo
sonreír con felicidad.
Estaba en la cama cuando siento
esa sensación que todas las noches me hace preguntarme si me espían. Me levante
con cuidado y sin hacer ruido y mire por la ventana y descubrí al chico del bar,
el que me miraba, el que era guapo…
¿Qué hacia aquí?, ¿me había
seguido en el coche de Megan? Seguramente me había seguido, aunque no sé que
hacia aquí. En lo respecto de chicos no soy muy atrayente aunque belleza no me
falta. Era una persona hermosa pero no me consideraba como tal. Tampoco me
marginaba pretendiendo lo que no soy, aunque media 1’66 no me consideraba alta
y aunque pesaba 60 tampoco me consideraba gorda, era una persona bastante
normal con mi físico y de mentalidad…bueno tenia mis traumas, fobias y miedos
como cualquiera y no, no lo he solucionado y no tenia medios para solucionarlo
asi que simplemente intentaba vivir día a día con mi tiempo.
El chico me miraba, aunque no
sabia si me veía o no. Baje a la puerta de atrás con cuidado y cautela por si
acaso quería matarme o por lo menos herirme. Abrí la puerta poco a poco y me
sobresalte al verle delante de mi.
-
¿Quién eres? – tartamudee-
No dijo nada solamente me miro y
sonrio con calidez, en ese momento me distraje mirando sus rasgos. Tenia los
ojos verdes claro con unas pestañas simples y unos pomulos marcados igual que
el mentón. Era hermoso, la verdad, pero creo que incluso con sus músculos de
hierro y la pinta de chico malo que llevaba con su camisa blanca y encima una
cazadora de cuero negro con unos pantalones de cuero que se le marcaba el
paquete…
Alce mis ojos a sus ojos y seguía
sonriendo pero esta vez de manera burlona. No decía nada, aunque deseaba que
solo me besara y me llevara a mi cuarto y me quisiera como tanto lo necesitaba pero
creo que eso estaba lejos de las posibilidades, pero realmente lo deseaba, lo
deseaba con todo mi corazón, aunque fuera un extraño que estaba en mi
destartalada y antigua casa, pero aun así lo deseaba, no sabia quien era, ni lo
que quería, demonios por mi podría atarme y amarme como si no fuera vida
mañana.
Aclare mi voz y repetí la
pregunta con seguridad y con calma, sin perder los nervios que ya de por si
este hombre me hacia sentir.
-
¿Quién eres?
Se rio descaradamente y me miro
serio:
-
Soy Travis Sterling – dijo con su voz grabe.
-
¿Y que haces en mi casa travis? – dije
controlando mi voz.
-
Verte
-
¿Me has seguido?
-
Si
-
¿Dices si y te quedas tan tranquilo? – pregunte
exceptiva
-
Si
Me quede en silencio
examinándolo, midiéndole los movimientos y la postura recta y desgarbada que
presentaba. Estaba decidido. Hoy moría. Iba a ser asesinada por un modelo de
hombre y no me importaba. La vida era tan lamentable que en mi opinión, me
haría un favor. No había vivido como hubiera querido, divirtiéndome, sonriendo,
enamorándome y pasándomelo demasiado bien para repetir una y otra vez. Pero
eran imaginaciones mías. Aun no había conseguido adivinar nada de mis padres,
de como fueron y como murieron, ya que yo era muy pequeña para saberlo y mi
memoria en esos años esta nublada.
Cerré los ojos, rece aunque no
fuera muy creyente. Todos nos aferramos a un clavo ardiendo cuando necesitamos
esperanzas o esa pequeña ayuda que creemos que necesitamos aunque no sea
así. De repente una voz me hizo salir de
mi línea de pensamientos.
-¿Que haces Hilary?
Me sorprendió escuchar mi nombre
en su preciosa boca y profunda voz masculina. Abrí los ojos y le vi alzar una
ceja.
-
Nada Travis, lo importante es que haces tu aquí
desconocido acosador –solté-
-
Estoy aquí para verte
Me sorprendí al escuchar las
palabras “Para verte” de su boca. Mire a otro lado, ignorando la respuesta que
me había dado. Era curioso, nadie me visitaba y mucho menos un hombre como el.
Algo raro estaba pasando o eso o que estaba dormida. Me pellizque para estar
segura pero lamentando el pellizco sabia que era real.
-
¿Que haces pellizcándote?, ¿estas bien o es que
estas loca por mi?
Me sonroje, pero tendría que ser
fuerte y soltarle alguna palabra mal sonante de esas que dicen los raperos que
son de la calle y no tienen educación ni clase.
-
¿Por ti? Mas bien estoy intentando que no
parezca una pesadilla
Cerre la puerta de golpe y le
eche la llave. Era increíble, era un vanidoso o eso o que me a leído el
pensamiento. Idiota con el cuerpo de
adonis y que se cree que es el único hombre en el mundo…
Me di la vuelta y casi grite.
Estaba delante de mí y el cerrojo estaba echado. ¿Como demonios ha entrado? Ahí
comprobé que no era humano, ¿Qué era? ¿Un hombre lobo? ¿Un alíen? O ¡alguien
que solo aparece y desaparece de un lugar concreto! Le mire a los ojos y le
examine con la mirada.
-
¿Como lo has hecho? – Logre decir- ¿volando,
corriendo, desapareciendo y luego apareciendo? ´
No me dijo nada solo sonrió antes
de que me pegara un puñetazo y me dejara inconsciente y lo ultimo que pensé era
en un gato.
Capitulo 2
Abrí mis ojos y allí estaba delante de mí una oscura sombra,
no veía donde estaba, pero no era mi vieja casa, era un lugar mucho más lujoso
y elegante del que yo no estaba acostumbrada a estar.
Me toque la cabeza y mire hacia abajo examinándome por si
había pasado algo mientras había estado inconsciente en ese tiempo ¿Cuánto
tiempo había estado inconsciente? Quizás una hora o dos… no lo sabia de cierto.
Mire a los lados y no
veía nada, estaba oscuro, no sabia si gritar o callarme o dormirme… aunque
dormirme era la ultima opción por que ¿Quién quiere estar dormida cuando esta
viviendo una pesadilla? Nadie supongo.
Se oyó una voz hablando con alguien o por teléfono, creo que
era travis o eso me parecía. Era raro que fuera el que me pegara y me dejara
inconsciente. No le conocía apenas pero
sabia que quería algo de mi, algo que nunca supe que tenia, algo que todos
tenemos y que a veces carecemos, ¿pero el que seria? No era mi sangre ¿verdad?
Demasiada fantasía, debería dejar de leer libros de vampiros y de hombres lobos
y esas cosas, no iban bien para mi cabeza, ya que me imaginaba cosas que no
eran, ¿o eran de verdad?
Antes de que me dara cuenta Travis estaba delante mia, con
una sonrisa en sus preciosos y carnosos labios.
-
Hola conejito de pascua
Me quede asombrada, nadie me
llamaba así, asi es que no sabia si era un insulto o una manera cariñosa de
llamar a alguien con ese nombrecito.
-
¿Que hago aquí? – dije con la boca seca y ronca-
¿donde estoy?, esta no es mi casa
-
Deja de decir preguntas estúpidas y escúchame
muy bien, se lo que eres, y de donde vienes, has fingido ser una humana pero se
que no es así.
-
No se de lo que me hablas, soy humana, pero
parece que tu sabes mas del asunto que yo ¿me lo puedes explicar?
Se rio con descaro y me miro en
silencio como observando una obra de arte que era antigua y que tenia un valor
incalculable.
-
¿No lo sabes? ¿No sabes quien soy yo y lo que
soy? Deben de haberte borrado esa parte de la mente en la que deberías saber lo
que eres…
-
No se de lo que me estas hablando – dije seria y
con una cara de enfado permanente- explícamelo tu, ya que sabes demasiado.
-
Yo te diré quien eres a cambio de una cosa
-
¿el que?
-
bésame
Me quede con la boca abierta, algo que había
imaginado tantas veces y que había querido que desapareciera de mi mente y el
me lo pedía a la ligera. Espera, tenia esto truco seguro.
-
¿Hablas enserio? Quieres que yo te bese así por
el morro
-
Si –se rio- lo he deseado desde que te volví a
ver, te he deseado siempre Hilary, desde que te vi la primera vez en 1843,
estabas tan hermosa…no te voy a contar mas por que no estas cumpliendo tu
promesa
-
Yo no te e echo ninguna promesa
-
Pero se que quieres besarme y saber tu pasado
Me quede sin palabras otra vez,
¿leía la mente?. Creo que tenia el ego demasiado alto. Se lo voy a bajar yo, o
eso espero, de todas formas lo intentare.
Por mi, por mi pasado, por que es
parte de mi vida, por que necesito saberlo y de verdad que lo necesitaba, hice
lo que deseaba en mis entrañas y lo que odiaba mi conciencia.
Lo bese, pero no un piquito de
nada, si no lo bese con corazón, con pasión y en ese beso que le di a travis se
me nublo la mente y aparecieron imágenes del pasado.
Año 1843
Travis Mcdog estaba en una fiesta que se
celebraba en la mansión Mcholly, Era la fiesta de primavera y como siempre
todos los fines de semana por la noche había un baile de solteros.